Frase de hoy

"Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste"...

jueves, 14 de agosto de 2014

¿Cómo daña una emoción? (Segunda parte)

Por: Nuria Schwebel

En la primera parte del artículo "Emociones Destructivas" entendimos que las emociones nos ayudan a reaccionar ante un evento o situación. Las emociones ocurren rápidamente, derivadas de una evaluación automática, de poca conciencia y con cambios involuntarios en expresión y fisiología.

En la segunda parte, comprenderemos cómo nos dañan las emociones. 

La emoción destructiva, en su concepto básico como esquema mental, aflicción o actitud cognitiva, como sea visto de acuerdo a los autores, daña la cognición, las relaciones interpersonales, la misma salud, propia o de otro, y esta última frase es realmente explicativa sobre la destrucción de una emoción, la emoción propia puede llegar a enfermar a otro, entonces su alcance es inimaginable.

“El dolor de garganta siempre demuestra enojo. Si además estás resfriado, entonces también hay confusión mental. La laringitis generalmente significa que estás tan enojado que ni siguiera puedes hablar” (L.Hay, 1984, p.144)

Un día me enojé tanto que en seguida todo se tornó mal. Justo en pleno enojo, le golpeé a la mesa y me lastimé. Salí corriendo, producto de mi rabia y me pegué en la rodilla con la puerta al abrirla. Ya en camino en el coche se me cerró un auto, y no dudé en tocar el claxon y gritar. Se me atravesaron todos los semáforos en rojo.  Hice mucho tiempo para el trabajo e incluso llegué tarde.

¿Acaso los eventos sucedidos fueron a raíz de mi enojo?, es decir, ¿mi enojo lo provocó? Posiblemente el enojó desató niveles de adrenalina tales que mis movimientos fueron más bruscos de lo normal, sin coordinación y rápidos, por lo tanto dañó la medición de mi fuerza o mi ubicación espacial sobre los objetos por ello me lastimé, pero sin duda el resto de los eventos no los provoqué con mi enojo, seguro de todos modos se me hubieran cerrado en el coche, de igual forma el tráfico pero no lo hubiera notado, o no hubiera tenido la relevancia que adquirió si no hubiese estado enojada.

Eso hacen las emociones, funcionan para reaccionar ante una situación dada, pero limitan la percepción la sesgan, la acotan, fijan la atención.

Una emoción destructiva, pongamos de ejemplo la ira, daña a los que están a nuestro alrededor, crea un ambiente de falta de confianza del que siente ira hacia los demás, toma una actitud defensiva al creer que todos lo pueden dañar, por consiguiente de todos se protege, se pone a la defensiva. Esta actitud impedirá que goce de los grandes minúsculos placeres de la vida, una buena plática o simplemente disfrutar de un libro. Al contrario, todo le irrita. Fisiológicamente tendrá un daño. “Los accidentes son expresión de ira. Indican frustraciones acumuladas por no sentir la libertad de defenderse a uno mismo” (L. Hay, 1984. P. 15)

Mañana la última parte ¿Cómo y por qué nacen las emociones destructivas?

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